EVANGELIZAR EN LA ERA DIGITAL, CON UN NUEVO ARDOR, NUEVOS METODOS Y NUEVAS EXPRESIONES

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En el año 2001 la Iglesia Católica tuvo la autorización, por Decreto del P.E.N., para tener la titularidad de un canal de TV abierta analógica, semejante al resto de los canales de la misma área en Buenos Aires y su área de influencia.

Esto fue tras una larga epopeya propulsada por laicos católicos, como también por laicos y clérigos no católicos, Sacerdotes, y hasta el mismo Arzobispo de Buenos Aires Cardenal Jorge Mario Bergoglio en su momento, que también en diciembre de 2014 lo propulsó siendo el Papa Francisco, a escala mundial, con el nombre de Canal Orbe 21.

Esa epopeya duró muchos años (aproximadamente desde fines del año 1985), ya que todavía no existía una figura jurídica por la cual la Iglesia Católica podía tener un derecho fundamental en la Argentina: tener un espacio dentro del conjunto de medios radio-televisivos, a fin de irradiar una visión distinta de la realidad, en el contexto de la Buena Nueva del Evangelio.

Por supuesto, esta irradiación siempre fue básicamente “unidireccional” con respuestas e interacción limitadas en la era analógica. Sin embargo, en la era digital, si bien la irradiación sigue siendo básicamente “unidireccional”, existe un cambio básico: el denominado “dividendo digital”.

A través de esta tecnología resulta posible llegar a muchas más personas de diferente condición, transportando (con un sólo equipamiento de transmisión) más de una emisión al aire al mismo tiempo por el mismo canal anteriormente analógico, hasta llegar, por ejemplo, a cinco “subcanales digitales abiertos” simultáneos y diferentes de 24 horas de duración, provenientes de diferentes lugares del mundo, con buena calidad.

Sin embargo, en esta transición hacia este tipo de sistema digital de modulación, la Autoridad de Aplicación le cambió la titularidad de ese canal radioeléctrico 21 (ya asignado a esa Institución Pública no estatal), por la de una entidad privada que actualmente con su propio sistema de transmisión (señal digital 21.1, sin programación de la entidad privada), sólo transporta una sola señal digital: la 21.2, que llega especialmente zonas de la Capital Federal.

Si la situación actual permanece, el espacio radioeléctrico ocupado por la señal digital 21.1 privado implica que en el futuro no podrá interaccionar mejor, por ejemplo, con redes sociales afines que son multidireccionales con un nuevo ARDOR, nuevos MÉTODOS y nuevas EXPRESIONES, como lo predicaba San Juan Pablo II.

Si bien ese canal de TV abierto, continúa produciendo y emitiendo actualmente en digital, se considera que esta situación tan anómala es completamente provisoria (no repetida con el resto de las emisoras de TV de la zona), hasta tanto, tal como pasó en sus inicios, a partir de la ayuda providencial de muchas personas, esa Institución Pública pueda instalar su propia planta de irradiación digital.

Ing. Alberto Cravenna (M.N. del CO.P.I.T.E.C. 1352)
Buenos Aires, 6 de enero de 2022 (Epifanía)

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